Despertar de la Conciencia

Despertar de la conciencia: brinca la tablita

Desde hace unos meses, te he compartido en este blog mi testimonio acerca del despertar de la conciencia y de cómo lograr nuestros objetivos existenciales. El principal objetivo siempre ha sido convencerme a mí misma y compartir contigo, mi vivencia sobre este despertar. Y heme aquí, coleccionando y analizando información teórica y práctica acerca de ello.

Estoy muy feliz pues, en este artículo, te compartiré una experiencia muy especial para mí…

La realidad es un sueño.

En los cuentos, quería saber que no estaba soñando. En la realidad, me di cuenta que “esto es solo un sueño”. Como te conté en mi presentación, me encontré en un estado emocional de enojo y frustración. De pronto escuché la frase “esto es un sueño”, y la tomé como mi dogma.

Aun sigo cien por ciento convencida de que esta realidad es un sueño. Lo mejor, es que este nuevo estilo de vida me hace sentir siempre paz y dicha. Como diría en mi escaso sánscrito: shanti y ananda.

Tengo la permanente sensación de haber brincado un obstáculo y de haberme transportado a otra dimensión. Eso hace que venga a mi mente una canción que mi abuela me enseñó, pero haciéndole una, aparentemente, muy pequeña adaptación:

Brinca la tablita, ¡yo ya la brinqué!
Bríncala de nuevo, ¡yo ya la brinqué!

La neta, yo ya «brinqué la tablita» y estoy muy a gusto acá del otro lado.

La «conciencia»

Otro de los objetivos de este blog es: ¿quién está soñando este sueño? Aquí es donde la palabra “conciencia” toma un papel importante.

El popular Diego Ruzzarin definió la conciencia como una actitud que se percibe hacia algo. ¿Y sabes qué? Concuerdo con él.

Diego Ruzzarin
Diego Ruzzarin

Cuando te hablo del despertar de la conciencia, me refiero a que nos hagamos conscientes de que esto es un sueño, proyección o, como dijo Elon Musk, “posiblemente una simulación”.

La otra cosa, a la que te invito a hacerse consciente, es de que hay “un algo más allá” o, como ya sabemos decir, un metanivel que pudiera ser lo que está proyectando este sueño ya que, suponemos, “ese algo” es el origen de todo. También sospechamos que “ese algo”, es una esencia que compartimos todos y todo porque, al parecer, está proyectada por todo el infinito.

A “ese algo” se le llama de muchas maneras: Dios, luz, presencia, ser, verdad, origen, uno, etc. Lo que viene a complicar un poco las cosas, es que también algunos le llamamos “conciencia”.

Entonces, tenemos dos palabras conciencia: una que significa que estamos despiertos y atentos de algo y otra que es sinónimo de la palabra Dios, verdad, presencia, etc…

Lo más divertido es que cada quien puede creer lo que le pegue la gana; lo que más le guste o lo que más le convenga. Lo realmente importante es que te sientas como tú te quieras sentir.

Despertar de la Conciencia

Mi despertar de la conciencia

En mi caso particular, yo me quería sentir con paz y dicha. Desperté mi conciencia reconociendo “el sueño” y “el soñador del sueño” que, como te digo, casualmente también se llama conciencia.

Siempre digo que, al aceptar que esto es un sueño, muchas cosas raras empezaron a tener sentido. Te voy a platicar la más interesante para mi. De hecho, es algo que me pasó dos veces (en realidad sólo fue una, ya te contaré porqué):

Yo estaba sentada en mi cama. Mi esposo entró a la habitación. Yo lo vi y no lo reconocí. Recuerdo haber pensado: “¿quién es ese señor?” Lo raro es que no lo dije asustada ni como demencia o amnesia. Simplemente era, como nos diría Ernest Rossi, como un sueño despierto.

A medida que mi esposo se acercaba al otro lado de la cama, comenzó lo más interesante: empecé a escuchar una voz en mi oído que me decía

“Acuérdate, es fulanito, tu esposo, con el que duraste años de novios y te casaste con él. Tienen tres hijos…”

A medida que la voz me hablaba, iba recordando quién era ese señor. Hasta que, cuando ya se recostó en la cama, lo reconocí y tranquilamente conversé con él. Nunca le comente nada a mi esposo acerca de eso. Se supone que, algunos años después, me volvió a pasar lo mismo, tipo como lo que llaman un déjà vu.

Ahora que “soy consciente de la conciencia” y que he investigado, sé que a este sueño o proyección también le llaman “ego”. Para que exista, tienes que creer en él. Cuando dejas de creer en él, desaparece o puedes vivirlo pero consciente de que es irreal, una mentira o, simplemente, una proyección. Así es como yo lo hago.

El despertar de la conciencia y el «ego».

Cuentan los místicos antiguos y los maestros espirituales modernos que el ego hace todo su esfuerzo por existir haciendote creer en él y que, cada vez que percibe que estás a punto de despertar tu conciencia, llama tu atención con otra cosa: te presenta situaciones positivas o negativas que te distraen del despertar y te regresen a él para seguir existiendo.

Todavía, como si no fuera suficiente con eso, el señorito ego te está pasando constantemente, la misma película de la vida una y otra vez, como la rueda del samsara que vimos con Buda.

Por eso, te digo que no es que me haya pasado lo de mi esposo dos veces, sino que fue algo simular a cuando estás viendo una película: de repente, ves una escena conocida y dices “¡esta película ya la vi!” . Pues para mí, así es la cosa.

Como dice “Un curso de milagros”, del que también platicaré en otro artículo, vivo el sueño feliz en el aquí y en el ahora. De hecho fue en una plática de ese libro en donde escuche la frase “Esto es un sueño”.

Ahora, puedo relacionarla con lo que dijo Buda acerca de que somos un “yo desvanecido” o, lo que dice Chopra, “vivimos una realidad ingenua”. También lo que dijo Jesús acerca del reino de dios: “el reino de Dios no viene para ser percibido”; o sea, no puedes decir “¡ah mira! ¡ahí está el reino de Dios” porque “tú eres el reino de Dios”.

Eckhart Tolle comentó, en una de tantas pláticas, que “se han repetido las enseñanzas de Cristo por dos mil años y ¿quién las ha entendido? Muy pocos, tal vez dos o tres budistas”.

El secreto de la vida es muy simple: solamente elimina las etiquetas, y conoce quién, o qué eres realmente.

Sugerencias.

Meditación activa al comer.

Obviamente, esta es semejante a la del baño, pero ahora, observaremos los alimentos que vamos a comer, percibiremos su color, aroma, textura, sabor y los masticaremos despacio y completamente antes de tragarlos. Puedes realizarlo durante una comida al día o cuando saborees algún snack o colación.

Ejercicio Canción #2:

“Estoy enamorada”, con Thalia y Pedro Capó. Ya sabes, lee la letra de la canción como si fuera para tu “yo interno”. Aprovechamos para meditar también.

Película “El día de la marmota”, de 1993 y protagonizada por Bill Murray.

Es una de esas películas que nos pueden recordar la rueda del samsara que vimos con Buda; en donde se vive y se reencarna una y otra vez. Por supuesto, ya es una película “clásica”, que nos representa esta situación, viviendo el mismo día muchas veces.

También, existe una comedia romántica del 2011 con Amy Smart, “12 citas de navidad”, que presenta el mismo tema, no tan ingeniosa, pero, más actual y también divertida.

Cero Preocupaciones (Parte 2)

ejercicios de meditación en tu email.

Déjame guiarte hacia el despertar de la conciencia.
Disfruta vivir en el aquí y en el ahora; libérate de la ansiedad
y de las preocupaciones.

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