Retomamos el Principio de Correspondencia, pues así como vamos hacia lo pequeño con los microscopios y las matemáticas, también podemos ir hacia lo grande con los telescopios y probabilidades. Con esto, nos encontramos más patrones que lo relacionan con las necesidades espirituales, místicas y religiosas.
Antes de empezar: ¿ya comenzaste a meditar diez minutos diariamente o de vez en cuando? Siempre es un buen momento para iniciar o retomar si habías abandonado este hábito.
En esta segunda parte de “Como es arriba es abajo”, continuaremos hablando del Principio de Correspondencia pero ahora hacia el otro lado: hacia arriba o hacia el lado macroscópico para contrastar con el lado hacia adentro o microscópico que vimos en este otro artículo. Esta información nos puede dar ideas o prácticas de cómo alcanzar nuestro objetivo personal existencial o lograr el despertar de la conciencia.
Para el lado “macro” o “grande”, podemos partir de las plantas, montañas, planetas, galaxias y, como diría el famoso filósofo Buzz Lightyear, al infinito y más allá.
Para verlo, más a detalle, podemos partir desde el inicio del universo: ¡la famosa Teoría del Big Bang o “La Gran Explosión”! Y qué mejor manera de abordarlo que con las investigaciones del astrofísico y cosmólogo britanico Dr. Stephen Hawking.
En la película “La Teoría del Todo”, se cuenta la historia del Dr. Stephen Hawking, uno de los héroes contemporáneos de la astronomía, que falleció en el 2018. Me encontré un video que se llama: “¿Qué hubo antes del Big Bang?”, un video muy sencillo, breve y entretenido.
El origen del Universo.
Resulta que, desde siempre, la gente estudiosa se planteó cómo se inició el universo. Los religiosos decían que tenía unos 6 mil años. Es decir, relativamente joven pero la verdad, después de cómo le fue a Galileo Galilei cuando dijo que la Tierra no era el centro del universo y que realmente lo que hacía era girar alrededor del sol, definitivamente la gente se desanimó para estudiar el origen del universo.
Galileo Galilei, un científico italiano nacido en 1564, gracias a sus observaciones, veía que el centro del Sistema Solar era el Sol y que la Tierra se movía a su alrededor. Todo lo contrario a lo que la iglesia tenía establecido acerca de que la Tierra era el centro del universo, no se movía y todo lo demás giraba alrededor de ella.

La iglesia basaba su concepto de tierra inmóvil y central, en las ideas de Claudio Ptolomeo que, a su vez se basaban en las de Aristóteles: tierra inmobil en el centro y todos contentos. Esta idea se tenía desde el año 130 aC.
Sin embargo, Galilei estaba enterado de las investigaciones del científico polaco Nicolás Copérnico quien, aproximadamente en 1540, publicó la conclusión de que la Tierra, junto con los demás planetas, giraban alrededor del Sol. Galilei, basado en las teorías de Copérnico y en sus propias observaciones con un súper telescopio que él mismo adaptó, demostró que la teoría de Copérnico era cierta.
Esponjado y feliz como pavorreal, Galileo publicó sus descubrimientos. ¡Y órale! ¡Que se arma la bronca en las comunidades tanto científicas como religiosas!
Las publicaciones de Galileo, fueron vistas como desafiantes por la iglesia y el Papa, que en ese tiempo era Urbano VIII. Llamaron al científico a que se presentara en Roma ante la Santa Inquisición… osea… los malos de la película.
Galileo llega a Roma en 1633 y, aunque los historiadores cuentan que no fue encerrado ni torturado, sí nos dicen que muy sutilmente le mostraron los instrumetos usados en la tortura para hacerlo cambiar de opinion acerca de su publicacion.

Galileo, enfermo y con 69 años de edad, que en esa época yo creo eran como unos mil años de ahorita, no le quedó otra que reconocer que “se excedió en sus observaciones” y que OK, “que la tierra está estática en medio de todo”. De tal forma, solamente fue encerrado de por vida (y sin internet), pero bueno… al menos, no quemaron en leña verde a la pobre y sabia criatura.
Cuenta la leyenda, sin ninguna verificación histórica, que Galileo Galilei, al final del juicio y antes de retirarse de los jueces, murmuró entre dientes: ”…y sin embargo, se mueve”, refiriéndose a la Tierra, una frase bastante significativa que demuestra una vez más el enfrentamiento de la iglesia y la ciencia en esa época.
El origen del Universo en el siglo XX
Ahora la pregunta clave es: ¿por qué estoy hablando de Galileo si empecé hablando de Stephen Hawking? A eso se le llama déficit de atención del adulto.
Pues bueno, retomemos a Hawking… Como te decía, en este video se relata que, en 1900, los científicos decían que el Universo siempre había existido, estable y grande.
En 1930, un astrónomo norteamericano, Edwin Hubble, observó en su supertelescopio que las galaxias se iban alejando y mientras más se alejaban más velocidad tenían. Entonces, yo digo que Hubble pensó:
¡Esto no está estático! ¡Esto se mueve!
Me imagino que Janssen dijo lo mismo cuando vio una muestra de agua de charco en su microscopio: «¡esto se mueve!». Y así, tal como lo dijo Hermes: «como es arriba es abajo”.
Ante ese movimiento observado por Hubble de que todo se alejaba, pensó: “el universo se está expandiendo! Esto debió tener un principio muy pequeño y se expandió y creció”. Eso, literal, formó la base de la “cosmología contemporánea”. Para que quede claro: por Hubble en 1930.
Quizá estés pensando “¿y… en dónde está el big bang? ¡Para allá voy! Despacio que voy de prisa, como decía el tipo aquel.
A pesar de esto, los científicos se hacían los locos. No se querían meter en ese rollo del principio del Universo porque se les hacía que era algo muy complicado; que ya había pasado hacía mucho tiempo y que no contaban con la tecnología tan avanzada. Digamos, tal vez lo mismo piensan hoy los científicos para demostrar que “esta realidad es una proyección” y comenzar a hablar del despertar de la conciencia.
Además, no querían tener problemas con la parte religiosa que declaraba que “Dios había creado todo en seis días y al séptimo descansó”.
La verdad es que andaban muy entretenidos con la Segunda Guerra Mundial pero, cuando ésta terminó en 1945, un pequeño grupo de científicos nucleares, encabezados por el doctor ruso Gueorgui Gámov, se interesó por el tema.
Las primeras evidencias científicas sobre el Big Bang
Ellos decían que seguramente el Universo había empezado como una bola muy caliente que explotó y, al irse expandiendo, se fue enfriando generando elementos como el helio y formando estrellas, galaxias y más. Asimismo, que el calor de la explosión debió haber dejado radiación en forma de microondas que, seguramente, permanece hasta nuestros días por todo el Universo.
Esa era su propuesta. Pero la realidad es que nunca pudieron calcular ni comprobar nada. Nadie los tomó en serio. Lo único que acabaron reportando fueron unos “ruidos extraños” que se oían en sus aparatos superpoderosos. Al final de cuentas, ese fue exactamente el momento donde comenzó la Teoría del Big Bang.
¿Qué crees? ¡Ya voy a hablar de Steven Hawking! Resulta que, en 1942, cuando Hawking tenía unos veinte años, andaba buscando un tema para su tesis doctoral en física. A él le gustaba lo del Big Bang y, tal vez, dijo: «¡de aquí soy! Déjame descubrir cómo se inició el Universo y, de pasada saco mi grado doctoral”.

Cuando se puso a hacer esto, contrariamente a otras épocas, a algunos científicos no les parecía la idea. No sé por qué. Resultó que los entusiasmados eran los religiosos porque dijeron: “N’hombre, este chavo sí va a demostrar científicamente que Dios creó el Universo”. Obviamente, no fue la conclusión a la que llegó. En todo caso, Hawking era súper ateo. No creía en Dios, así que en eso ni se fijaba. En lo que sí se fijaba era en que tenía que demostrar, con observación y experimentación, los hechos del Big Bang.
Con sus telescopios, computadoras, estadísticas, cálculos y haciendo todo eso que los astrónomos, en 1965, dos científicos norteamericanos (que no trabajaban con él) encontraron algo como ocurre muy frecuente en la ciencia; ¡por casualidad!
Los doctores Penzias y Wilson estaban probando un receptor de radio esperando una señal de microondas del espacio, pero estaban batallando mucho con una interferencia que se les atravesaba. “Unos ruidos”.
Total, yo creo que tenían genes mexicanos porque empezaron a limpiar las antenas, a soplarle a los enchufes, etc. Y nada que se quitaba la interferencia. Hasta que uno de ellos dijo “pues vamos a preguntarle a un cosmólogo a ver qué nos dice”.
¡Oh sorpresa! Se encontraron a un cosmólogo que sabía todo lo del doctor ruso Gámov y también le encantaba lo del Big Bang. Se dieron cuenta de que habían descubierto las ondas de microondas que el doctor ruso había descrito y que estarían distribuidas por todo el Universo después del Big Bang. Incluso, que las interferencias que escuchaban los norteamericanos, eran los mismos ruidos que Gámov había escuchado en aquél entonces y que no sabía qué eran.
No lo dicen en el video, pero quiero imaginar que, como buenos colegas, todos se pusieron en contacto e integraron toda la información. Bueno, yo me lo imagino porque, como científica, yo hubiera hecho eso.
Hawking dice literalmente: “este descubrimiento fue uno de los más importantes de la ciencia. Se había descubierto cómo comenzó el Universo”. La secuencia la describen así:
El universo era una bolita; se calentó, explotó y, al irse expandiendo, se fue enfriando formándose las galaxias. En ellas, nubes de helio colapsaron para formar estrellas. Entonces, el universo se empezó a llenar de luz. Cuando las estrellas explotan, crean nuevos elementos como el oxígeno y el carbono. Todo, incluso nosotros, estamos formados por polvo de estrellas.
De tal manera, si alguien te dice que “te va a bajar una estrella”, puedes decirle “no gracias; yo soy una”.
Por algún tiempo, estuvieron contentos con lo que se descubrió. Pero pasó algo parecido a cuando yo me pregunté “si esta realidad es un sueño, ¿quién está soñando el sueño?”. La ciencia se preguntó: “si este es el Universo, ¿De dónde salió?”.
¿De dónde salió esa bolita que inició el universo y por qué se calentó y expandió tanto?
De hecho, esa pregunta representa otro patrón porque lo mismo ocurre con una pequeña semilla: se puede expandir y originar un árbol gigante y frondoso.
El físico norteamericano Alan Guth se preguntaba: ¿qué sucedió en el primer microsegundo cuando se creó el universo? Guth decía “la materia generalmente se atrae”, como descubrió Newton (el que tradujo al inglés la tabla esmeralda de Hermes).
También, Guth decía que esa materia que inició el Big Bang se comportó de una manera contraria a lo que ahora estamos acostumbrados: se expandió o extendió, en lugar de contraerse o atraerse unas moléculas a otras. Fue totalmente diferente a lo que estamos acostumbrados en la física de Newton clásica.
En ese momento pensé “¿ en dónde he escuchado esa frase?». Me acordé que esa misma frase la dijo el doctor en física cuántica, Carlos Sabin, acerca de las partículas más pequeñas que los átomos que se estudian en la física cuántica. Nuevamente, “lo de muy arriba, se junta con lo muy chiquito”.
Así, llegó a mi mente el símbolo “uróboro” o “uroboro”, que significa “que se muerde la cola”. Cuando ves a tu perro que se muerde la cola, está haciendo un símbolo uróboro. Generalmente, es representado por una serpiente mordiéndose la cola. A veces, también se representa por un dragón, formando un círculo sin fin y representando un ciclo que se repite eternamente.

Entre los textos más antiguos donde aparece el símbolo uróboro, están algunos de magia y alquimia como la “chrysopoeia” o “fabricación de oro”, un escrito de los alquimistas del siglo II que, se dice, fue hecho en Alejandría por Cleopatra la alquimista, del Egipto romano. También, está en el “Papiro V” y en el “Papiro W” de Leiden. Los escribas sagrados egipcios, cuando escribían las cosas y querían representar el Universo en los escritos sagrados, ponían una serpiente mordiéndose la cola. También, autores contemporáneos, muy expertos, dicen que han encontrado ese símbolo en muchas de las edades y culturas de la humanidad.
La Teoría del Big Bang finalmente toma forma.
Finalmente, se aceptó en la Teoría del Big Bang que esa bola de materia prima, con características diferentes a las conocidas, fue la que se calentó e hizo bang, formando el Universo. Hasta ahí, seguimos bien.
Luego, otro detalle, la teoría reflejaba, según sus cálculos, que el Universo sería algo estático o quieto, y la materia estaria repartida de una manera proporcional o uniforme y…!no es así! El Universo tiene conjuntos de planetas y estrellas llamadas galaxias.
Para resolver esto, en 1982, Hawking y sus colegas, después de mucho pensar y calcular, propusieron que “en el Universo se producen áreas de cambios de temperatura que son los que formaron las galaxias”.
Hawking dijo “¿estaremos correctos?” y luego añadió unas palabras que me llamaron mucho la atención:
“Como físico, el trabajo que mis colegas y yo hacemos, es mayormente teórico, es decir, puras palabras, y no se puede comprobar con observaciones empíricas. Es decir, por medio de hechos o comprobación científica. Pero cuando tenemos un presentimiento, un hecho empírico aparece”.
Es decir, cuando ellos pensaban mucho en algo, esto acababa finalmente apareciendo.
Abro un paréntesis: hay propuestas tal vez muy antiguas o tal vez no muy serias respecto a la comprobación científica en lo que se refiere a que “podemos pensar algo y después esto se materializa”, ya sean cosas abstractas como ideas o sentimientos, o cosas aparentemente más densas como Universos y moléculas. Existen relatos desde los antiguos gurús de oriente y magos de occidente difíciles de comprobar, como dice el Dr. Hawking, de una manera empírica o científica. Sin embargo, ciencias como la neurobiología y la física cuántica pueden darnos algunos datos, para irnos abriendo camino, y poder generar hipótesis y preguntas respecto a este tema de una manera más seria. Inclusive, podríamos demostrar hasta el despertar de la conciencia.
Evidencias recientes
Ya para confirmar el fabuloso trabajo del Dr. Hawking, les comento que en el 2001, la NASA envió un satélite que tomó fotos de las radiaciones de microondas cósmicas que participaron en el nacimiento del Universo, hace más de 13,000 millones de años ya que, todavía, las ondas se encuentran flotando en él. Las reconocieron porque tienen el tamaño y tipo exacto que se predijo matemáticamente y corresponden a los patrones o figuras de las galaxias que se ven hoy.
Sin embargo, las preguntas siempre continúan. La que más interesó al Dr. Hawking es la de “¿qué hubo antes de que el Universo se formase?”. ¿De dónde salió esa bolita mutante? El doctor aportó como hipótesis más probable que “la bolita se había formado espontáneamente de la nada”. Él se imaginaba pequeñas burbujas que surgen espontáneamente de la nada, algunas de las cuales se convierten en universos y otras no.

Viene a mi mente otro patrón demasiado obvio. En mis ayeres como estudiante de química, recuerdo la propuesta (ya totalmente descartada) de “la generación espontánea sobre el origen de la vida”. Esta propuesta decía que “ciertas formas de vida vegetal o animal surgían de manera espontánea a partir de materia orgánica, por ejemplo la carne, o inorgánica, como por ejemplo el lodo”. Nunca se llegó a una comprobación empírica o científica al respecto. Pero sí se llegó a una conclusión por evidencia visual.
Fue una creencia muy fuerte en la antigüedad, porque fue descrita por Aristóteles, quien vivió por el 50 a.C. y fue uno de los filósofos y científicos más reconocidos de la Grecia antigua. Haz de cuenta, el Stephen Hawking de la antigüedad. Después, en el siglo XVI y XVII, su propuesta fue apoyada por científicos importantes de la historia como René Descartes, Francis Bacon y el mismísimo Isaac Newton, que ya conocemos.
Todavía en 1667, hace apenas 360 años, el naturalista de Bélgica Jan Baptiste van Helmont escribió en una de sus obras científicas que los piojos, pulgas y garrapatas nacían de nuestras entrañas y los ratones de ropa sucia revuelta con trigo.
La generación espontánea se basaba en procesos como la putrefacción. Así se explicaba: como de un pedazo de carne echado a perder y lleno de moscas, después aparecen larvas y gusanos. Se siguieron haciendo experimentos desde 1670, hasta que llegó Luis Pasteur para demostrar, en 1668, que la propuesta era falsa. Postuló la “Ley de la Biogénesis” que dice que “todo ser vivo, proviene de otro ser vivo”.
Ahora, estoy muy preocupada porque no sé cual de nuestro nietos o bisnietos le va a decir al espíritu del Dr. Hawking que “la bolita mutante que generó este Universo ¡tal vez era el huevecillo de una mosca galáctica interestelar!».
Para cerrar este tema, con todo el respeto, reconocimiento y admiración que se merece el avatar del Dr. Stephen Hawking, cito textualmente sus palabras:
“Siglos atrás, el astrónomo Copérnico revolucionó a sus contemporáneos diciendo que la Tierra no era el centro del sistema solar.
Científicos como yo no estamos listos para aceptar que nuestro universo no tiene nada de especial, excepto, por supuesto, la manera como fue construido hace más de 14,000 millones de años, dejando seres inteligentes que nos preguntamos por qué el universo es como es”.
Así es Dr. Hawking. Yo, un avatar de ser inteligente, también me sigo preguntando porque este universo es como es. Estoy recabando información para comprobar mi propuesta: que esto que llamamos realidad, es realmente un sueño. Y la necesidad del despertar de la conciencia.
Sugerencias.
- Ejercicio “Metavision”. En este ejercicio les voy a sugerir irse como el Dr. Hawking a lo alto y tratar de ver las cosas desde un metanivel o cosmovisión. ¿Cómo se hace? Fácil; cuando estés en cualquier parte y, de preferencia, en una situación alterada (ya sea por buenas o malas emociones) toma una respiración profunda y, al exhalar, siente como que te sales de tu cuerpo y te vas al techo. Desde allá arriba, trata de visualizar la situación contigo mismo incluido en el escenario. Trata de aprender algo respecto a esa experiencia. Este ejercicio está basado en programación neurolingüística y podemos encontrar ejercicios muy parecidos en otros enfoques psicoterapéuticos
- Meditación. Continúa meditando 10 minutos diarios; podemos agregar un método más a los de meditación guiada y contemplativa que ya conoces. En la variedad, está el gusto. A esta meditación le llamo “Meditación a través de los Sentidos»
- Les recomiendo ver o volver a ver la película “Inception”. Ya un clásico con Leonardo Di Caprio. Me encanta el rol de la arquitecta que proyecta los escenarios