Buda

Buda y Cerebro (Parte 1)

Buda nos dice que el origen del sufrimiento es el apego a las cosas y a las personas. El Dr. del Rosario, por su parte, comenta que el origen del sufrimiento es creer que los pensamientos son “hechos” y no solo una “posibilidad”.

Me llena de alegría que me acompañen en esta recopilación de información y experiencias acerca del despertar de la conciencia y dejarme acompañarte a lograr cualquier objetivo existencial que desees alcanzar. Sé que, aunque esta proyección o realidad presenta retos importantes, nuestra esencia se encuentra fluyendo, como mosca en pastelería, en la eternidad y el infinito.

Ya entrando en materia, para el nombre de este post “Buda y Cerebro”, me acordé de las caricaturas de Pinky y Cerebro. Para los que no las conocen, son dos ratones mutantes de laboratorio que van a ¡tratar de conquistar el mundo!.

Hoy, vamos a platicar de información que nos pueda ayudar a “conquistar el despertar de la conciencia” y, en vez de Pinky y Cerebro, tenemos a Buda y a el Dr. del Rosario.

Al igual que Jesús y Mahoma, Buda fue un personaje que existió realmente. Él nunca dijo que fuera un Dios ni “Hijo de Dios”; él era hijo del rey de un clan o grupo, y por lo tanto era príncipe.

Siddhārtha Gautama, volvemos a los nombrecitos domingueros, es el nombre original de Buda. Nació aproximadamente 500 años antes de Cristo y vivió como ochenta años. Nació en un ambiente VIP. Un día, su chofer lo paseó por la ciudad y vió enfermedad, vejez y muerte en la población. Al regresar a su burbuja en el castillo, reflexionó y dijo: “yo de aquí , no soy”; y a sus veintinueve primaveras, huyó de todo para volverse un monje de la religión hinduista.

Siddhārtha quería lograr el nirvana que, en sánscrito, significa “extinguir”. ¿Extinguir qué? Pues el fuego de los deseos y las pasiones humanas. Es un estado mental libre del miedo y del sufrimiento. Es la unión con Dios y la liberación del samsara. El samsara, es el “ciclo de vida y muerte por medio de reencarnaciones”.

Pero, como puedes ir notando, Siddhārtha era un chico de la vida difícil y se pasó siete años meditando en una cueva y comiendo casi nada para iluminarse. Por cierto, cuando tuve la oportunidad de ir a la India en un tour budista, estuve en esa cueva meditando.

Me pasó igual que a Siddhārtha… ¡no me iluminé! 🥹

Flaco, ojeroso, cansado pero con muchas ilusiones, continuó su camino y, después de comerse un arroz con leche en casa de una señora que vivía por ahí y que también conocí (el lugar donde estaba la casa, a la señora no), se sentó bajo un árbol como Siddhārtha Gaudama y, después de meditar 49 días, se iluminó y se levantó como El Buda. Esta palabra viene de la raíz “bud” que significa “despertar o el despierto”. ¿No les digo? ¡Esto es un sueño!

Después de iluminarse, Buda se encontró con 5 de sus cuates del hinduismo. Ellos fueron sus primeros alumnos y les aplicó el arrollador discurso “de la puesta en movimiento de la rueda del samsara”, la que les dije sobre la reencarnación.

Les dijo que “ni los placeres ni el ascetismo (o sea, vivir como monjes castos en el monte) los llevará a la liberación” y… ¡órale! Que se saca de la manga las “cuatro nobles virtudes”, que son la base de la filosofía budista porque, para que se lo sepan, el budismo no es una religión: ¡es una filosofía de vida!

El budismo trata de que, a través de las enseñanzas del Buda, se alcance el nirvana. Consta de una parte teórica formada por las cuatro nobles verdades y una parte práctica que se vive a través del camino óctuple. Ambas partes las iremos describiendo poco a poquito para llegar a viejito.

Por lo pronto, empezamos con las dos primeras de las cuatro nobles verdades del budismo:

Primera noble verdad: la vida es sufrimiento.

¡Uy, que novedad don Buda! Este sufrimiento o “dukkha” puede venir de:

Segunda noble verdad: el dolor no proviene del mundo, sino de una percepción errónea que tenemos de la realidad.

Esta es la que, en particular, más me interesa: la sensación de que siempre nos falta algo.

Estas dos creencias o nobles verdades nos llevan a un apego a las cosas, a las personas y a las pasiones, lo que solo nos causan sufrimiento.

Para hablar de la percepción errónea que tenemos de la realidad, tenemos aquí información que el Doctor en ingeniería biomédica David del Rosario nos proporciona a través de su libro: “El libro que tu cerebro no quiere leer” (y no es chiste, así se llama). ¿Por qué el cerebro no quiere leer este libro? Pues porque el Dr. David del Rosario, le saca al cerebro todos sus “trapitos al sol”.

David del rosario, de origen español, estudió ingeniería técnica en telecomunicaciones en la Universidad de Alicante; tiene doctorado en ingeniería biomédica de la Universidad de Barcelona. Es científico, investigador, músico, escritor, cineasta, coleccionista de cochecitos navideños de la Coca-Cola y es un apasionado de los procesos de la vida, proponiendo nuevos modelos para explicar la mente humana.

David nos explica que el cerebro tiene sus caprichos y uno de ellos es transformar “lo falso en verdadero”, para mostrarnos “un presente agradable y coherente”. O sea, para que digamos:

¡Así sí! ¡Qué bien y lógico se ve todo! 😃

Porque, resulta, los humanos somos alérgicos a no saber qué pasa, cómo pasa y por qué pasa. ¡Uy! Me está sangrando la frente de la pedradota que me aventó el Dr. David! De esta angustia de no saber que pasa, es que nuestro amable cerebro nos consienta inventando uno que otro detalle, generalmente importante, para mantenernos contentos. David pregunta: bueno, ¿qué tanto de la realidad que percibimos es inventada por el cerebro? Y ¿qué creen que contestó el Dr. David? Cito textual:

“La respuesta a esta pregunta, es un punto de encuentro entre algunas tradiciones orientales y la neurociencia”

Comenta, que la ilusión es el ingrediente más abundante en el organismo; de tal forma que: “si queremos ser felices, va a tener que ser a través de la realidad ilusoria que percibimos”. Como decía mi abuela, “no me gusta decir te lo dije pero te lo dije”.

Aquí podemos observar un patrón entre lo que dijo Buda, de que “tenemos una percepción errónea de la realidad” y lo que describe el Dr. del Rosario acerca de que “percibimos una realidad ilusoria”, que quiere decir “aparente, ficticia o artificial”.

Según David, “la percepción es la interpretación de la realidad”. Cada ser vivo percibimos una realidad única y particular; por lo tanto, existen tantas percepciones de la realidad como seres en el universo. ¡Órale!

Me acuerdo que, cuando tenia como unos diez años, mi papá estaba platicándome una película y mi mamá lo estaba escuchando. Ella dijo: ¿que pelicula es esa? Mi papá le respondió ¡pues la que fuimos a ver anoche! Para hacer corto el cuento, oí dos películas diferentes (y sin pagar boleto) Pensé: “Bueno, es que las mujeres vemos unas cosas y los hombres ven otras”. ¿Qué tal, eh? ¡Listilla desde chiquilla!

Pues no, según lo que estamos viendo, cada persona tiene su realidad particular y, como si eso no fuera suficiente, según David, esa realidad es solo una ilusión. El origen del sufrimiento es creer que los pensamientos son “hechos” y no solo una “posibilidad”.

Resulta que cada mosca, planta, montaña o planeta, percibe una cantidad equis de la realidad. En los humanos, la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto captan información que se interna en el organismo. Ahí, se le agregan emociones, sensaciones, memorias ¡y voilà! Aparece la percepción de la realidad: un momento presente, agradable y único.

Sueño

Para que te des una idea de cómo está el abarrote, voy a darte un ejemplo que viene en el libro respecto al sentido de la vista. Se supone que toda la gente, deberíamos tener en nuestro campo visual un punto ciego. O sea, un pedacito en donde no se ve nada, producido por el punto del ojo en donde se conecta el nervio óptico.

Pues resulta que “a Chuchita la bolsearon”. Porque todo nuestro campo visual se ve lleno; no hay ni un espacio sin imágenes. ¿Por qué? Porque el cerebro, para que estemos felices y contentos, rellena ese punto ciego con información de las células vecinas. Literal, con información falsa. El señorito cerebro dice: ¡Órale! ¿No hay material aquí? Pues lo invento. Y se queda tan contento como marrana en charco.

Así, como ésta, muchas más con todos los sentidos, emociones, sensaciones y recuerdos. Todo por el “buen fin”. Por el buen fin que tiene el cerebro de crearnos y/o proyectarnos un momento presente agradable.

Bueno, pregúntome yo: ¿De dónde le ha salido al cerebro esta obsesión de Teresa de Calcuta. Según los cálculos supersónicos del Dr. David, el precio a pagar por vivir entre conejitos en el verde campo de los teletubbies es, ni más ni menos, que del 100 por ciento de la realidad, solo percibimos el 0.01% de la información… sí, percibimos solamente el 0.01 % de la realidad.

El Dr. del Rosario comenta que, haciendo números y viendo las cosas súper positivamente, el cerebro utiliza más o menos el 5% de toda la información que llega a nuestros sentidos, para armar la “película de la realidad humana”.

Hablando con productos de gallina, las personas tomamos decisiones, contratamos una compañía de internet, discutimos o, literal, empezamos una guerra basándonos en 5% de la realidad. Pero, dice David, “la cosa no termina ahí”. Todavía, “estamos lejos de la percepción de la realidad tal cual la conocemos porque aún no hemos incluido la memoria”.

Como comenté al principio, Buda decía que vivimos bajo una percepción errónea de la realidad y que esta “debe ser sustituida por una percepción clara a través de la práctica del noble camino óctuple”. Añade que este camino es para lograr los beneficios en esta vida caguamera y así dejar esa desesperación silenciosa.

Como si la vida fuera un sueño y nosotros sonámbulos pasando por ella sin realmente vivirla.

Hasta aquí, la información que quería compartir con ustedes en este artículo. Ahora, veamos unas sugerencias:

Sugerencia 1: meditación.

En YouTube, encontrarás una meditación guiada de 10 minutos que se llama “Expansión y relajación” para que sigan teniendo más variedad en su práctica.

Sugerencia 2: película Amor ciego

Es una comedia del 2001 con Jack Black y Gwyneth Paltrow en donde vamos a poder ver esa variedad en la construcción y percepción de la realidad según el cristal con que se mira. Actualmente, en México, está disponible en streaming vía Star+.

Cero Preocupaciones (Parte 2)

ejercicios de meditación en tu email.

Déjame guiarte hacia el despertar de la conciencia.
Disfruta vivir en el aquí y en el ahora; libérate de la ansiedad
y de las preocupaciones.

* requerido
Intuit Mailchimp

Lecturas recomendadas