Donald Hoffman - El caso en contra de la realidad

Caso en Contra de la Realidad (Capítulo 1)

En este artículo, daremos seguimiento al libro “El caso en contra de la realidad” del Dr. Donald Hoffman. Así como en un artículo anterior hablamos de la introducción de este libro, en este estaré compartiendo mis notas sobre el primer capítulo, titulado “Misterio”.

Artículos anteriores sobre «Caso en contra de la realidad»:

Antes de iniciar, es importante que establezcamos que, cuando el “Doc Don” se refiere a la conciencia, no está hablando acerca de la conciencia a la que comúnmente nos referimos; es decir, a la conciencia a la que frecuentemente decimos que “estamos despertando”.

Hoffman, en realidad, se refiere a la conciencia psicológica o neurológica, aquella que los científicos, de varias disciplinas, se andan arrancando los pelos tratando de encontrar en donde se origina.

Esa conciencia hace referencia a las sensaciones, los pensamientos, las emociones, etc. Nosotros, como sakshis, ya andamos en nuestro metanivel, fluyendo, como burbujas de champán, en nuestra identidad divina. Pero siempre es interesante observar cómo los protagonistas de esta proyección nos esforzamos en encontrar un sentido lineal a las cosas.

Un Caso en Contra de la Realidad - Donald Hoffman

Recordemos también que el “Doc Don” es partidario, junto con otros autores que hemos revisado, de la “no linealidad” de las cosas. Es decir, que no todo “lo que mata un perro, es un mataperros” y, sobre todo, que en su investigación en particular, nos irá llevando poco a poco, a través de los capítulos de su libro, a demostrar científicamente lo que Buda dijo, al mencionar que “la realidad no es como la percibimos”; o lo que “Un curso de milagros” instruye al declarar que “tenemos una percepción errónea de la realidad”.

Justo, lo divertido de todo esto y donde tiene gran valor la obra de Hoffman es en que se describe “científicamente y comprobado con matemática pura” (para aquellos que todavía tienen dudas) que esta realidad es solo una proyección.

El origen de «Caso en contra de la realidad»

Este capítulo inicia con un comentario acerca de unos exitosos experimentos, que después se convirtieron en un excelente tratamiento médico para pacientes epilépticos. Los doctores Bogen y Voguel, intervinieron a un paciente epileptico, cortando a la mitad el “cuerpo calloso”, una estructura que une los dos hemisferios del cerebro. Además de prácticamente eliminar las convulsiones de los pacientes, dándoles en consecuencia una mejor calidad de vida, descubrieron fenómenos interesantes que les revelaron la independencia tan marcada que existe entre los dos hemisferios cerebrales.

El doctor Roger Sperry, posteriormente, observó que esos pacientes con el “cerebro rebanado”, como se les llama, pueden ver con un ojo la palabra llave y, con el otro ojo, la palabra anillo. Cuando le pedían al paciente que con la mano derecha tomara de una bolsa el objeto que había leído con su ojo izquierdo, el paciente escogía la llave. Si pedían al paciente que tomara con la otra mano el objeto que había leído con el otro ojo, tomaba el anillo. En otro paciente, la mano derecha solamente podía abotonar la camisa y la otra mano solamente podía desabotonarla. Uno de los casos más extremos fue en el que un lado del cerebro creía en Dios y, el otro lado, no creía en Dios.

Otro concepto interesante que se menciona es el de los naturalistas, quienes aseguraban que los seres humanos nos distinguimos de las rocas en dos aspectos:

Si eliminamos la capacidad de los seres humanos de tener experiencias y hacer propuestas, eliminaremos nuestra propia existencia. Claro que estamos hablando desde el punto de vista científico que no creen en el “espíritu” o en la “esencia existencial”. Por lo tanto se hacen la pregunta: “¿los seres humanos, solo somos unas máquinas bioquímicas?

Huxley responde que, en todo caso, seríamos máquinas que pueden tener emociones, pensamientos y sensaciones. Además, cree que es imposible crear una máquina que experimente percepciones. Aunque, a pesar de todos los experimentos que hizo como neurobiólogo, jamás pudo determinar en dónde se originan las experiencias conscientes.

O sea que, imagínense, si los pobrecitos de los científicos todavía no pueden identificar a la “conciencia emocional”, ahora sé porque no se han puesto a investigar a la “conciencia trascendental”.

Cuando los naturalistas seguían insistiendo en que no se podía cocinar vida a partir de los ingredientes inanimados del mundo físico, Watson y Crick demostraron que sí se podía crear vida, a partir de ingredientes puramente físicos. Esto lo lograron con su modelo de doble hélice del ADN, en donde utilizaron cuatro moléculas totalmente físicas.

Hoffman nos aclara que, aun con estos descubrimientos y muchos otros estudios científicos, el origen de la conciencia sigue siendo un misterio. Los científicos insisten que “la conciencia tiene que provenir de algo neuronal o nervioso o del sistema nervioso”.

Una de las propuestas del “Doc Don”, respecto a esto, es que “aún no hemos llegado al punto evolutivo, en el que tenemos la capacidad o el conocimiento, para encontrar de donde proviene la conciencia”.

“Si los gatos no pueden hacer cálculos y los changos no pueden desarrollar teorías cuánticas”, deduce Hoffman, “¿quién dice que los homo sapiens pueden resolver el misterio del origen de la conciencia?”. Por ende, Hoffman propone que “quizá necesitamos mutar a un estado más evolucionado para encontrar esa respuesta”.

No se ustedes, pero yo me imagino a la conciencia, desde donde esté, atacada de la risa, observando a los seres humanos quebrándose la cabeza por encontrar en dónde se origina.

Hoffman y nuestra percepción de la realidad

Otra opción, según Hoffman, es que “sí” tenemos la capacidad para encontrar la respuesta, pero puede ser que nos estemos basando en creencias falsas… o en creencias lineales (según yo).

¿Cuál falsa creencia puede estar atormentando a los científicos al tratar de desenmarañar la relación entre el cerebro y la conciencia? Obviamente, esto es lo que da origen al nombre del libro de Hoffman; nos dice: “esa falsa creencia es creer que están viendo la realidad tal como es”.

Por supuesto, sabemos que no vemos la realidad totalmente como es. Algunas aves ven la luz ultravioleta, nosotros no. Los osos huelen a gran distancia, nosotros no. Los tiburones sienten campos electromagnéticos, nosotros no. Mi perrita se come la popó de mis gatos, gracias a Dios, nosotros no. Los elefantes escuchan infrasonidos, nosotros no. Pero, la mayoría de nosotros, creemos que vemos la realidad como verdaderamente es.

Donald Hoffman

Lo que voy a comentar ahora, de una manera breve, será discutido a profundidad en otro capítulo y es espeluznante: Hoffman nos dice que, “cuando tú estás viendo un tomate rojo y cierras los ojos o dejas de olerlo o tocarlo o probarlo o escucharlo, el tomate “deja de existir”. Este resultado, sorprendente para muchos, es el tema principal de este libro, “El caso en contra de la realidad”.

“Doc Don” no intenta resolver el misterio de la conciencia. Lo que sí pretende es ¡mandar al carajo la creencia que esconde la solución del misterio de la conciencia!

El punto clave es que la percepción nos lleva a seguir creencias que, tal vez, son falsas. Esto ha pasado mucho a lo largo de la historia de la humanidad. De hecho, en este blog, ya hemos platicado acerca de algunas de ellas.

Por ejemplo, la que aseguraba que “la Tierra es plana”. O aquella que decía que “la Tierra es el centro del sistema solar, mientras que el sol y los demás planetas giran alrededor de ella”. Sabemos bien cómo le fue a Galileo por desmentir eso último. Aunque usted no lo crea, fue hasta el 31 de octubre de 1992, o sea hace 30 años, que la iglesia católica aceptó como falso el que la Tierra era el centro del sistema solar. Quizá eso se debió a algún traspapeleo burocrático… sólo tardaron unos 350 años en reconocerlo.

Volviendo al tema, Hoffman promete que en el capítulo cuatro, nos comprobará que la evolución nos ha llevado a que la probabilidad de que «estemos viendo la realidad como tal como es» sea de “cero”. Sí, ¡cero!

Hoffman cierra este capítulo diciendo: “entender la evolución de la percepción es un paso importante para entender quiénes somos y de dónde proviene nuestra conciencia”.

Para cerrar este artículo

Hasta aquí lo relativo al primer capítulo de “Caso en contra de la realidad”. Poco a poco, seguiré compartiéndoles mis notas sobre el resto de episodios de este libro. Mientras tanto, les recuerdo que pueden seguir mi podcast en Spotify, Facebook y YouTube. No se pierdan los ejercicios de meditación guiados que ahí también comparto y los ejercicios de hipnosis ericksoniana que tengo disponibles.

Cero Preocupaciones (Parte 2)

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