Hacerme responsable de mis pensamientos y de mis emociones, ha sido una piedra angular para mejorar la relación conmigo misma y con los que me rodean. Desapegarme de la idea de que mis emociones y estados de ánimo los genero yo misma, me ha ayudado a tener mejor manera de identificarlas y canalizarlas positiva y creativamente.
Para mí, el miedo a tener pérdidas y su fundamento en el miedo a no tener dinero, como entidades de la vida contemporánea, refleja de una manera simple el por qué a veces pensamos hacer las cosas de una forma y, después, no linearmente, nos comportamos diferente a como pensamos.
La invitación del budismo, en el Camino Óctuple, a una meditación profunda, fue una de mis mayores motivaciones para practicar esa disciplina. No cabe la menor duda y, científicamente está comprobado, que la meditación nos lleva de la mano a una visión más sana y fluida de la existencia (sea vida o proyección).
Finalmente, la meditación o acción en la compasión y el agradecimiento son fundamentales para el crecimiento de la esencia humana a todos los niveles.