Mantras - OM

Mantras (Parte 1)

Hace tiempo, escribí acerca del despertar de la conciencia de Ram Dass. Lo más bonito para mí, fue cómo describió el proceso. Si recordamos, una de las prácticas que Ram Dass mencionó, fue el canto de mantras.

Al inicio, me sentí muy identificada cuando contó que, a pesar de tener tantas cosas materiales y sociales, no se sentía satisfecho. Después, me encantó cómo se concentraba en saber, científicamente, como esos psicodélicos lo ayudaban a sentirse tan pleno y, para finalizar, descubrir que para esa plenitud no necesitaba ni las drogas, ni las cosas ni los títulos. Simplemente, necesitaba despertar a la conciencia del “yo soy”.

En diversos posts de este blog, les he ido proporcionando diferentes maneras de meditar. Pues bien, en el yoga tradicional, un elemento clave de la meditación es, justamente, la repetición de mantras.

Pero… ¿qué es un mantra?

En términos simples, son oraciones o sonidos que enfocan la mente y se convierten en fuentes de balance y bienestar internos.

El proceso de repetición de un mantra se llama japa que, literalmente, en sánscrito, significa “silenciarse”. Con práctica, el japa se clava en la mente y el sonido del mantra fluye de manera constante, lentamente y acompañado por el ritmo de la respiración.

Si nunca has practicado la meditación con mantras, recitarlas puede parecer algo mecánico; pero esa repetición, con la práctica, puede llevarnos a comprendernos más profundamente y encontrar nuevos lados de nuestra mente y conciencia. La práctica expande la mirada hacia nuestro interior y nos va llevando a observar la vida más integrada.

El mantra es como un lugar de descanso para la mente. Recoge las cosas que nos distraen y trae nuestra parte espiritual a la superficie, para que la integremos en nuestra vida diaria.

Como la buena música transforma al que la escucha, un mantra poco a poco despierta y transforma todo nuestro ser.

Para el japa, o meditación con mantras, podemos usar cualquier tipo de mantra. Puede ser uno que algún maestro nos enseñe; puede elegirse uno de los grandes mantras védicos como el “Gáiatri Mantra” o mantras budistas como el “Om mani padme hum”. También pueden ser invocaciones cristianas como “Dios, ten piedad”; o uno tan simple y, a la vez, tan completo como el mantra universal “Om”.

Cualquiera que sea el sonido que elijamos, puede ayudarnos a aprender y avanzar en la práctica japa. Asimismo, podemos seguir tres pasos:

Primero: enganchar el sonido de los mantras, con el fluir de nuestra respiración.

Esto disminuye la distracción de la mente y nos permite ver cómo nos vamos concentrando, hasta lograr enfocarnos totalmente en el aquí y el ahora.
Por ejemplo, el mantra “Om mani padme hum” es el mantra budista de la compasión; tiene muchas traducciones. Una de ellas, muy práctica, es: “¡Oh! La joya del loto!” y comprende todas las enseñanzas de Buda, ya que el loto es una flor que representa la pureza y el desapego de todas las cosas materiales.

El asociarla con nuestra respiración: dicen un par de veces tu mantra elegido, luego inhalas y, al exhalar, repites el mantra.

Segundo: dejar de concentrarse en la respiración y permitir que los mantras fluyan espontánea y suavemente.

Ahora, la conciencia se concentra en el mantra y lo observa sonar a su propio paso. Este cambio nos da una concentración más fina. La mente descansa en sí misma, sin el apoyo de algo externo como la respiración.

Simplemente, recita sin cantar tu mantra elegido. Por ejemplo, “om mani padme hum”.

Tercero: cuando la mente se familiariza con el sonido de los mantras, estos fluyen más rápido y espontáneo.

Lo sienten más como una pulsación de energía que como una pronunciación de sílabas. Sin embargo, el mantra está presente, y permanecemos centrados en él.
Por ejemplo, “om mani padme hum” con una melodía o con canto.

Obstáculos que podemos encontrar en nuestra meditación con mantras y cómo solucionarlos.

La concentración se puede perder muy fácilmente, dejando que el mantra se salga de la conciencia y se enrede en distracciones. Por eso, es muy útil usar un Japa Mala, también conocido simplemente como ”mala”, para conservar la concentración.

Japa Mala

El japa mala es un hilo de 108 bolitas o cuentas. 100 bolitas forman un círculo como un collar y, las otras 8, cuelgan en una tirita fuera del círculo. Se usa para contar las repeticiones del mantra en la meditación. Una vuelta equivale a 100 repeticiones del mantra. Las 8 bolitas restantes, con las que también se repite el mantra, son dadas como un signo de humildad y reconocimiento de que tu mente probablemente se distrajo varias veces.

Dependiendo de tu meditación, se puede dar 1, 2, o más vueltas al mala.
Yo solo doy una vuelta a las 108 repeticiones; pero cada quien puede hacer lo que guste. Además, depende también de que tan largo es el mantra. No es lo mismo en tiempo repetir el mantra “om” que el mantra “om namo bhagavate vasudevaya”, o el mantra “Gate gate, para gate, parasamgate, bodhi, svaha”; o mi mantra, “Yo lo soy lo que soy, todo lo demás es un sueño” que, en sánscrito es “io jamebajam bjabami, aniatra sapna kevalam”.

Para posterior detalle de nuestra concentración en el japa, se ondula el sonido de las repeticiones. No se debe forzar la unión de una repetición con otra. En lugar de eso, hacemos suaves transiciones para que la cadena de sonido en la mente, fluya natural, fácil y continua.

Algunos mantras y sus significados.

Mantra de la liberación.

“Om namo bhagavate vasudevaya”… este es el mantra de la liberación.

— Om: iniciación del todo.
—Namo: saludo, yo te saludo yo te ofrezco.
—Bagavate: se refiere a la divinidad.
—Vasudebaya: el que habita en el interior.

Interpretación: tu divinidad interior saluda a la divinidad original. Se saludan y se unen en una misma.

Sutra del corazón.

El sutra del corazón es uno de los mantras más conocidos del budismo, comprenderlo en su totalidad puede llevarnos toda la vida.

“Gate gate, para gate, parasamgate, bodhi, svaha”.

Este mantra se traduce como “Se ha ido, se ha ido, ido más allá. Completamente expuesto, despojado. Despertado. ¡Salvación!”.

Cuando decimos “gate”, “se ha ido”, la primera vez, nos referimos a que se ha ido lo que no eres tú. La mente que no tiene identidad. No lo confundamos con el espíritu activo.

Es la eliminación de las cadenas de ideas y conceptos. Es ser libre de ilusión y engaño. Nos deshacemos de las sensaciones, emociones, pasiones, deseos, apego y todas las fuentes de conflictos mentales y emocionales.

La forma de las cosas es lo mismo que la ausencia de la forma o vacío. Es decir, la forma también es vacío. Eso no es fácil de entender. Simplemente permitamos que, mediante el mantra, la idea se filtre lentamente en nuestra conciencia. Alguna vez, alguien, en broma, le dijo a Ram Dass: “Rick, estás demasiado apegado al vacío”.

Cuando dices el segundo “gate”, o sea el segundo “se ha ido”, volvemos a entender que el vacío es, al mismo tiempo, la forma. En este caso, significa que una persona puede vivir muy bien en el vacío, con una completa conciencia de que está en el vacío y, al mismo tiempo, adaptarse a la forma tal como se presenta.

En este sentido, más que todo, lo que deseo transmitir es todo el trabajo de comprensión que nos ahorra el cantar los mantras con devoción.

Cuando dices, “paragate”, “ido más allá”, queremos decir que hemos atravesado la cortina de niebla o de materia que oculta la realidad o el origen o conciencia, tal como comenté en este artículo llamado ”Brinca la tablita, yo ya la brinqué”.

Es decir, reconocemos la falsedad de lo que llamamos realidad; tenemos una percepción más auténtica de los fenómenos. Podríamos decir, como la verdadera forma de la forma, o el verdadero vacío del vacío. Esto me recuerda lo que platiqué acerca del del Dr. David del Rosario sobre el escaso porcentaje que percibimos de la realidad a través de los sentidos.

Cuando decimos “parasamgate”, “completamente expuesto, despojado“, nos referimos a que hemos desechado completamente el ver las cosas como una relación sujeto-objeto. Nos deshacemos del concepto de que las cosas o fenómenos están separados. Declaramos ver todo como una unidad.

Cuando decimos, “bodhi”, “ despertado”, hacemos referencia a que no hay nada sobre la verdad original. Te sientes parte del espíritu inalterable, eterno, infinito, inmutable.

“Svaha”, “¡salvación!”, es un grito, sin emoción, de que comprendemos que la ilusión y la realidad son la misma cosa. Somos tranquilidad, pues el sufrimiento que nace del apego se ha disuelto completamente.

Aunque, personalmente, no entiendo todo, creo y acepto esto como un dogma. A medida que lo vivo, no lo entiendo más; lo siento más. Como nos decía Ram Dass, no es algo intelectual; es sabiduría; no se puede explicar.

Meditación

Cómo progresar en la meditación con japa.

Volviendo a la práctica, a veces, los esfuerzos por evitar las distracciones mentales puede volverse cansado; pero con el tiempo, nuestro enfoque en el mantra nos va llenando con su sagrado sonido. Cuando volvamos a meditar con japa, volverá a nuestra conciencia con mayor facilidad y más energía. Lo que nos puede indicar que estamos progresando es que:

Meditar con mantras es un proceso de paciencia y constancia. Es una hermosa forma de estar en el aquí y en el ahora. También, es una muy bonita herramienta para despertar nuestra conciencia.

Sugerencias.

Sigue a Deva Premal.

Deva, junto a su pareja Miten, tiene años meditando con mantras. Deva tiene una voz divina e, incluso, tienen en línea ya grabado un curso de 21 días para aprender a meditar con mantras. ¡Es gratuito!

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Cero Preocupaciones (Parte 2)

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